El silenciador es una parte integral del sistema de escape de su vehículo. La última vez hablamos sobre varias de las funciones principales de los silenciadores: redirigir y reducir el ruido del sistema de escape y ayudar a filtrar los gases de escape del motor. Cuando su silenciador funciona de manera óptima, no debería notarlo, pero el hecho de que esté fuera de la vista no significa que deba ignorarlo activamente.

Aunque el control de emisiones de su automóvil se lleva a cabo principalmente en el convertidor catalítico, el papel del silenciador no es menos importante. De hecho, los problemas con el silenciador pueden afectar a todo el sistema de escape.

En la mayoría de los vehículos estadounidenses, los silenciadores duran aproximadamente entre cinco y siete años. Sin embargo, varios factores, como la exposición frecuente a la sal en las carreteras, los badenes y los baches, pueden provocar un envejecimiento prematuro. Independientemente del origen, los problemas de los silenciadores suelen compartir características comunes y fácilmente identificables. Si sospecha que su automóvil tiene un problema en el sistema de escape, utilice la siguiente guía para determinar si necesita un reemplazo del silenciador.

1. Escuche a su vehículo

La forma más sencilla de identificar un problema en el silenciador es escuchar los sonidos que hace tu coche. Un silenciador roto o dañado puede hacer que tu coche parezca más ruidoso de lo normal. El silenciador está compuesto por varias cámaras que ayudan a reducir las vibraciones que pasan por el sistema de escape. Un silenciador dañado puede provocar que el escape preamortiguado tenga fugas, lo que produce ruidos sordos, metálicos o traqueteos en el tubo de escape.

Tenga en cuenta que algunos estados, como Texas, tienen leyes que rigen los sistemas de escape . En estos estados, es ilegal modificar el silenciador para que el coche suene más fuerte o conducir con un silenciador defectuoso.

2. Verifique el estado de su silenciador

También puedes identificar problemas con tu silenciador examinando su estado físico. Usa un gato para levantar el vehículo y poder inspeccionar el silenciador a fondo. Si el silenciador tiene agujeros u óxido, es hora de reemplazarlo. Una pequeña cantidad de óxido en la superficie es normal siempre y cuando no penetre el metal. Sin embargo, una cantidad considerable de óxido en el exterior del silenciador puede indicar que hay más complicaciones en el interior.

Si el silenciador gotea y muestra signos de óxido, es probable que el daño sea importante. Cuando el sistema de escape se enfría, la humedad del aire se condensa y se asienta dentro de los tubos de escape. Con el tiempo, el líquido corroe los tubos y las uniones del silenciador, lo que provoca fugas en el escape y ruidos fuertes.

Algunos fabricantes equipan sus automóviles con un pequeño orificio de drenaje en el silenciador, por lo que una pequeña cantidad de líquido que gotea no es motivo de alarma. Sin embargo, si el goteo es abundante o proviene de varios lugares, es posible que se hayan formado agujeros en el silenciador debido al óxido.

3. Controle la temperatura de su automóvil

Los motores de los automóviles son elementos resistentes y, si se les brinda el cuidado adecuado, pueden soportar años de uso casi constante. Sin embargo, el funcionamiento continuo de un motor depende de lo bien que funcionen juntos sus diversos componentes. Las complicaciones en el sistema de escape pueden provocar que el motor se sobrecaliente o falle.

Un silenciador dañado puede provocar bloqueos en el sistema, lo que da como resultado temperaturas del motor anormalmente altas o pérdida de potencia. Si sospecha que tiene un problema con el silenciador, encienda el automóvil y déjelo en ralentí durante unos minutos. Si observa temperaturas del motor inusualmente altas, debe solucionar el problema de inmediato.

4. Preste atención en la bomba

Uno de los muchos beneficios de un silenciador que funcione bien es un mejor rendimiento de combustible. Los agujeros u obstrucciones en el silenciador pueden interrumpir el flujo de escape de su automóvil. Las fugas de escape también pueden afectar los sensores de oxígeno del motor. Los sensores de oxígeno son parte del sistema de inyección de combustible de su motor y desempeñan un papel importante en la gestión del consumo de combustible. Las lecturas inexactas de los sensores pueden provocar una disminución del ahorro de combustible.
El motor consumirá más combustible porque los sensores no podrán evaluar con precisión la cantidad de gases de escape que hay en el sistema. Si tiene que ir a la gasolinera más veces de lo habitual, haga que revisen el silenciador en el taller de reparación local.

5. Sigue tu nariz

La señal más preocupante de que el silenciador está averiado es un cambio en el olor del coche. Como componente del sistema de escape del vehículo, una de las principales funciones del silenciador es filtrar los gases de escape y los humos nocivos del coche. Un olor persistente en el vehículo puede indicar que el sistema de escape no funciona correctamente.
Si el aire de su automóvil huele a gasolina, es probable que la causa sea un problema con los sistemas de inyección de combustible y de escape. Si hay partes del sistema de escape congestionadas o dañadas, esto puede afectar los sensores de combustible, lo que, a su vez, afecta la cantidad de combustible que los inyectores de combustible envían al motor. El olor a gasolina en el interior de su automóvil puede ser un subproducto de que los inyectores de combustible envíen demasiada gasolina al motor.
La mejor manera de cuidar el estado del silenciador es ser proactivo. Lleve el automóvil al taller para que le hagan un mantenimiento regular. Realizar el mantenimiento del automóvil con regularidad puede ayudar a detectar problemas de forma temprana.

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